Artículos de
Franco Díaz Ceballos
Artículo – Incentivos y recompensas: cómo impulsar de verdad a tu equipo comercial

Cuando el dinero no alcanza para motivar
“Fran, siento que mi equipo solo se mueve por plata. Si no hay bono, no hay motivación”. Esta frase, repetida en muchas sesiones de coaching con líderes comerciales, revela una preocupación real: cuando la motivación de un equipo depende exclusivamente del incentivo económico, estamos ante una bomba de tiempo.
Y es que el bono, cuando se vuelve rutinario o automático, pierde su efecto movilizador. El vendedor deja de verlo como un logro y comienza a tomarlo como parte de su salario. Y cuando eso sucede, aparecen la desmotivación, la exigencia constante de «algo más» y el desgaste del líder que siente que siempre tiene que estar ofreciendo una nueva zanahoria.
Incentivo no es lo mismo que recompensa
Para diseñar una estrategia que funcione, primero tenemos que entender la diferencia:
- Incentivo: es una acción que busca generar un comportamiento futuro. Por ejemplo, «si logras X visitas agendadas esta semana, tenés acceso a tal beneficio».
- Recompensa: reconoce lo que ya se logró. Es una forma de decir: «vi tu esfuerzo, valoro tu actitud, gracias por dar más de lo esperado».
Ambos son necesarios, pero cumplen funciones diferentes. Usarlos de forma consciente y combinada potencia el compromiso del equipo.
Cuando el reconocimiento vale más que el premio
¿Que pensarías si te dijera que no todos los vendedores se motivan por dinero?. En muchas sesiones de coaching, al explorar qué los impulsa, los propios vendedores mencionan cosas como:
- Que el líder valore lo que hacen.
- Que los mencionen en reuniones como ejemplo.
- Que les den espacios para proponer ideas.
- Que puedan acceder a oportunidades de crecimiento.
Esto no quiere decir que el dinero no importe, sino que el reconocimiento, cuando es sincero y bien comunicado, muchas veces genera un efecto más profundo y duradero.
Errores comunes al implementar incentivos
Un buen plan de incentivos debe estar alineado con los valores del equipo, reconocer lo que realmente se valora y ser sostenido en el tiempo. Sin embargo, muchos líderes cometen errores al implementar estas estrategias, lo que termina desmotivando en lugar de impulsar. ¡Cuidado!
Estos son algunos de los errores más comunes:
❌ Premiar solo los resultados, sin tener en cuenta las actitudes o los procesos.
❌ Usar el mismo premio para todos, sin personalizar ni observar qué valora cada quien.
❌ Cambiar las reglas del juego todo el tiempo, lo que genera confusión y desconfianza.
❌ Crear un sistema donde el incentivo se vuelve una obligación: si no se da, el equipo se enoja.
Diseña un plan de incentivos que conecte con tu equipo
No alcanza con dar premios al azar o copiar lo que hace otra empresa. Diseñar un plan de incentivos que realmente funcione requiere conexión con tu equipo, claridad en los objetivos y coherencia en la implementación.
✅ Escucha a tu equipo: pregúntales que los motiva, qué sienten que los reconoce. Las mejores ideas a veces están en las respuestas más simples.
✅ Recompensa tanto los logros como las actitudes: puntualidad, colaboración, iniciativa, constancia. Reconocer los pequeños gestos crea grandes cambios.
✅ Varia los formatos: no todo tiene que ser dinero. Días libres, acceso a formaciones, desafíos internos, menciones públicas. Lo importante es que el incentivo sea significativo.
✅ Hazlo sostenible: no hace falta que sea costoso, pero sí que se mantenga en el tiempo. La motivación se construye con constancia, no con fuegos artificiales esporádicos.
Liderar también es celebrar los pequeños logros
Una cultura comercial motivadora no se construye solo con comisiones. Se construye con conversaciones, con gestos, con coherencia y con una mirada puesta en el valor que cada persona aporta al equipo.
¿Cuándo fue la última vez que reconociste a alguien solo por dar lo mejor de sí, sin esperar nada a cambio?
