Gimnasio para vendedores

Artículos de
Franco Díaz Ceballos

Artículo – Efecto Dominó: cómo tu vida personal impacta en tu rendimiento comercial

 

 

Hay días en los que los resultados simplemente no salen. Haces todo lo que tienes que hacer, aplicas las técnicas que aprendiste, mandas los mensajes correctos, y sin embargo… no conectas. No vendes. No fluye.

A simple vista, podrías pensar que el problema es externo: el mercado, el producto, el cliente. Pero muchas veces, la raíz es interna. Y no tiene que ver con cuánto sabes de ventas, sino con cómo estás viviendo.

 

Somos seres humanos que vendemos

Cuando inicié mi diplomado en neurociencias cognitivas aplicadas al coaching y liderazgo —allá por el 2018—, una de las cosas que más me sorprendió fue la cantidad de evidencia científica que ya existía sobre el impacto del bienestar personal en el rendimiento profesional.

Me sumergí en papers, estudios y artículos que hablaban de lo que muchos intuíamos, pero pocos sabíamos fundamentar: que la forma en que vivimos se refleja, inevitablemente, en la forma en que trabajamos. Y especialmente, en la forma en que vendemos.

Uno de los estudios que más me marcó fue el de Moyano Díaz y Ramos Alvarado (Chile, 2007), que explora cómo la satisfacción vital depende de varios dominios clave: familia, salud, trabajo, relaciones. Pero no se quedan ahí. Lo más interesante es que muestran cómo esas áreas no funcionan de forma aislada, sino que se influyen entre sí: cuando una cae, puede arrastrar a las demás… y cuando una mejora, también puede impulsarlas.

En ventas esto se ve todo el tiempo, aunque no siempre lo digamos así. Creemos que al trabajo se viene con la camiseta puesta, dejando lo personal afuera. Pero la verdad es que lo que nos pasa por dentro se nota: en la actitud, en la energía, en la forma en que nos vinculamos con el cliente.

Desde ese momento, entendí que trabajar solo sobre técnicas de ventas es quedarse corto.

Hay que mirar más profundo. Porque vendemos como vivimos.

 

¿Y si no es falta de motivación, sino un área de tu vida que está apagada?

A lo largo de los años, acompañando a cientos de vendedores y emprendedores en procesos de transformación, descubrí algo que se repite con una claridad abrumadora:
no siempre el problema está en la técnica.
Muchas veces, lo que está fallando es la base emocional sobre la que se construye todo lo demás.

Relaciones desgastadas.
Salud física deteriorada.
Falta de propósito.
Estrés acumulado.
Autoexigencia sin descanso.

Es fácil mirar solo los resultados comerciales. Es fácil presionar para “vender más”. Pero detrás de cada número, hay una persona con una historia, con un cuerpo que siente y una cabeza que a veces no para.

Y lo más potente es que esas áreas —la personal y la profesional— no están separadas.
Cuando una está en crisis, la otra lo siente. Y cuando una se fortalece, la otra también se beneficia.

Por eso, tomarse el tiempo para mirar cómo estás viviendo, no es un lujo: es una inversión directa en tu rendimiento como vendedor.

Porque lo que no se atiende, se arrastra. Y lo que se equilibra, se expande.

Quizás no necesitás más motivación, sino recuperar el equilibrio vital que te devuelva claridad, energía y conexión.

 

No se trata de motivación. Se trata de consciencia

No hace falta llegar al colapso para darse cuenta de que vivir en automático tiene un precio. A veces basta con frenar y hacerse una pregunta incómoda:
¿Estoy viviendo de una manera que me potencie… o que me agote?

El bienestar personal no es un premio que viene después del éxito comercial. Es la base sobre la que se sostiene todo lo demás.

Y si tu rendimiento en ventas está cayendo, si sientes que algo no fluye, quizás no se trate de aprender otra técnica… sino de mirar hacia adentro.

Porque al final del día, no somos máquinas de cerrar ventas.
Somos personas que sienten, que dudan, que desean.
Y cuanto más en paz estemos con nosotros mismos, más fuerza vamos a tener para impactar afuera.

Tal vez el cambio que estás esperando no empieza por lo que haces,
sino por cómo estás.

 

¿Y si pudieras mover una sola ficha que cambie todo?

Si este artículo te hizo reflexionar, quizás te interese ir un paso más allá.
Diseñé el workshop EFECTO DOMINÓ justamente para eso: para acompañar a vendedores y emprendedores a mirar su vida con más claridad, encontrar el área que hoy necesita atención… y empezar a hacer pequeños cambios que generen grandes impactos.

No se trata de hacer más.
Se trata de vivir mejor para vender mejor.

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